
Evidentemente, la solidaridad familiar con el enfermo es un valor extraordinario que nos hace mejores personas, pero no debe ser un pretexto ni para abandonar nuestra propia vida, ni para descuidar el resto
Depende de las cargas de cuidado que tenga. El problema se plantea cuando las familias que están cuidando con toda su buena intención, pero que no tienen los conocimientos para poder desarrollar, por ejemplo, una técnica adecuada de movilización, de cambios posturales o alimentación asistida…Es muy importante el asesoramiento de los servicios sanitarios y sociales para saber si el familiar es capaz de atender de forma adecuada a la persona en situación de dependencia. De lo contrario podemos ver casos en los que el familiar no llega, el enfermo está mal y ambos están mal. En esos casos hay que dar un paso adelante, hay servicios profesionales, tanto de ayuda a domicilio, como centros de día, servicios que pueden ser una descarga muy importante. Por ejemplo en caso de personas con demencia, hay que valorar muy bien el entorno familiar y buscar elementos y recursos de apoyo, porque la convivencia es muy dura y muy compleja. No siempre hay que pensar “o está en casa, o está en la residencia”, hay soluciones intermedias que pueden ser muy útiles.
Hay familiares que están prácticamente 22 horas al día cuidando a una persona y lo hacen de forma continuada
En último término una persona quiere estar cerca de las personas que quiere, desea que le traten con cariño, con respeto, y luego necesita que los cuidados sean adecuados, que le cambien el pañal cada cierto tiempo, que le hagan las movilizaciones, estar aseado, limpio, estar en un entorno que sea agradable, al final lo que. Y toda persona pretende seguir adelante en su camino, seguir viva de la forma más agradable posible. Y el entorno, sea profesional o sea familiar, tiene que velar por la dignidad de la persona. Hay que tener en cuenta que la vulnerabilidad es el punto más débil de la persona dependiente
LAS VENTAJAS DEL PROFESIONAL
El profesional tiene una menor implicación afectiva con el enfermo. Esto supongo que tiene ventajas e inconvenientes.
El profesional tiene una gran ventaja, ya que tiene formación, sabe cómo actuar ante determinadas situaciones y por otra parte, una persona con demencia, a quien peor trata, con quien peor se porta, es con el familiar que más quiere. Hacen mucho más caso a un desconocido o a un trabajador que al familiar. Esto se le explica a los auxiliares y profesionales, este comportamiento es por la enfermedad y no porque el familiar lo esté haciendo mal, la enfermedad es así.